jueves, 12 de diciembre de 2013

Vivir en el espacio: un desafío

El nombre que le pusimos dice mucho de cómo piensa nuestra cabeza. "Espacio" (con un cierto énfasis) da en primera instancia la idea de algo limitado. Y eso es porque nos es imposible concebir cuánto es 20 millones de años luz. Las estrellas que están a esa distancia de nosotros hacen que en los videos de Youtube que comparan el tamaño de aquellas con el de la Tierra el comentario más frecuente sea "somos insignificantes".

Desde la Tierra se envía al Espacio tanto los ambientes propicios para la vida humana (oxígeno, agua, alimentos) como las ultimas novedades tecnológicas. Con ellas, la Web y las aplicaciones. Y de allá vuelven desde descubrimientos en salud, alimentación, física, hasta videoclips de astronautas músicos.

Aunque no logremos comprenderlo del todo, la vida en Tierra se traslada a los que habitan la Estación Espacial Internacional, que es como una vecina cercana de nuestro planeta. Y, quien sabe, tal vez, un día se lleven más lejos.

martes, 10 de diciembre de 2013

La guerra de los mundos: ayer y ahora

No one would’ve believed in the early years of the twenty first century that our world was being watched by intelligences greater than our own. That as men busied themselves about their various concerns, they observed and studied. With infinite complacency, men went to and fro about the globe, confident of their empire over this world. Yet, across the gulf of space, intellects vast and cool and unsympathetic regarded our planet with envious eyes. And slowly and surely drew their plans against us.

Con algunas modificaciones y recortes, la voz en off del trailer de la película de Steven Spilberg (2005, Paramount) recoge el principio de la novela que publicara H.G. Wells en 1898, La guerra de los mundos. Si bien la película está solo muy ligeramente basada en la novela, ambas presentan el tema de las aventuras del siglo XX y XXI. Cuando los mares aparecen en imágenes satelitales (aunque, por supuesto, no los conozcamos por entero) y los piratas se vuelven franquicias de películas, aparecen nuevas fronteras que explorar. Y la imaginación nos lleva hacia arriba, al aire (Up in the air, como la canción de Thirty Seconds to Mars) y, con todas su maravillas y peligros, hacia el vasto espacio exterior.


Para saber más sobre las adaptaciones de esta novela, ir a Invasión de Marte.
Para conocer sobre una adaptación cinematográfica de otra novela de Wells, Los primeros de la Luna, ir a La Luna antes de la Luna.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Up in the air

La banda Thirty Seconds to Mars lanzó en marzo un nuevo disco titulado LOVE LUST FAITH + DREAMS. Los fanáticos de la banda pudieron disfrutar de una de sus canciones, Up in the air, en la transmisión de la BBC del despegue de un cohete cargado de provisiones con destino a  la Estación Espacial Internacional.



Además de esta inusual promoción de un disco, Tomo Milicevic, Shannon Leto y Jared Leto volvieron a ser niños cuando el ingeniero de vuelo Tom Marshburn tomó el CD que habían mandado junto con las provisiones y lo hizo girar en el aire. "It's doing something it could never do on Earth" ("Está haciendo algo que jamás podría hacer en la Tierra"), dijo el comandante. Los integrantes de Thirty Seconds to Mars reían  y miraban la pantalla maravillados.

Al día siguiente se podía ver esta entrevista en su canal de Youtube. Destaco el minuto 1.48 en el que cuentan de la experiencia en NASA y recuerdan que su disco aún sigue "girando" alrededor del planeta.




Un ejemplo anterior de nuevas formas de publicidad lo dio la banda Babasónicos. Para leer más, consultar el blog de la profesora Ana María Andrada: "A propósito"... de economías intangibles.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Esa delgada línea entre ficción y realidad

La ficción imita muchas veces a la realidad (aunque a veces la realidad se base en la invención "loca" de los artistas para alcanzar ciertos avances). En este caso, quiero llamar la atención sobre la casi perfecta representación de la vida en la Estación Espacial Internacional que ha hecho la serie estadounidense The Big Bang Theory. Seguida tanto por aficionados como por verdaderos expertos científicos, la serie es conocida por hacer lo imposible por conservar la exactitud de lo que muestran, ya sean teorías científicas o el interior de naves espaciales.

Igual que los verdaderos astronautas, Howard Wolowitz puede realizar llamadas (con o sin video), a través de su computadora portátil, a la Tierra y hablar con su esposa, madre y amigos como cualquiera de nosotros lo hacemos cuando nos vamos de viaje. Manteniendo siempre el tono cómico de la serie, en una escena le pide a su esposa Bernardette que suelte algo de su escritorio para que lo puede ver caer.

Aquí todas las escenas:


Para mandar a Wolowitz al espacio, los productores de The Big Bang Theory consultaron con expertos de NASA. Aquí se puede leer más sobre el tema: cómo hicieron para enviar a Wolowitz al espacio y una entrevista con Mike Massimo, un verdadero astronauta quien también hizo una aparición especial en algunos episodios.

Para conocer más sobre viajes al espacio, ir a Viaje a las estrellas: cuando la realidad supera a la ficción.
Para más información sobre las comunicaciones, ver Este es mi número (en el espacio exterior).

sábado, 7 de diciembre de 2013

Invasión de Marte

Antes de la televisión, existió la radio. Y en sus primeros años eran comunes los radioteatros. Locutores o actores reconocidos leían libretos y los oyentes ejercitaban su imaginación con las historias más diversas.

Tanto así que a Orson Welles se le ocurrió transmitir una versión adaptada de La guerra de los mundos de H.G. Wells. La noche del 30 de octubre de 1938, aquellos que habían estado escuchando el programa desde el principio, se prepararon para oír esta dramatización. Pero hubo algunos que sintonizaron algo más tarde y verdaderamente creyeron que una invasión extraterreste ocurría en New Jersey.

Dos años después, un psicólogo de la Universidad de Princeton, Hadley Cantril, publicó su estudio "La invasión de Marte. Estudio de la psicología del pánico". Reuniendo a personas que habían escuchado la transmisión, analiza las distintas reacciones que tuvieron (simplificando en extremo, algunos llamaron a la radio para corroborar lo que sucedía y otros entraron en pánico y huyeron de sus casas). Hay algunos escépticos que dicen que en realidad fue este estudio el que sembró el mito del pánico que se generó aquella noche (aunque verdaderamente alguna gente se haya asustado, los sociólogos actuales generalmente concuerdan en que nadie "huyó a las montañas"). Para una primera lectura sobre esta postura, visitar el blog elcorreo.com.

Más allá de estas divergencias, escuchar la transmisión original de Welles, y forzarse durante una hora a olvidar que existe la televisión y el cine y la ciencia, es una verdadera muestra de la riqueza de la radio y de cómo la imaginación puede hacernos creer lo improbable. En el mapa del blog se puede encontrar el archivo.

Para la adaptación cinematográfica de la novela a cargo de Steven Spilberg, ir a La guerra de los mundos: ayer y ahora.